Ricos austeros
8 Septiembre 2006El otro día comentábamos la austeridad de empresarios como Amancio Ortega e Ingvar Kamprad…
Pues bien, de Emilio Botín II, padre del actual presidente del BSCH (y también hijo de María, que de niña descubrió las cuevas de Altamira junto a su padre), se multiplican las anecdotas relacionadas con su caracter austero. Dicen que cuando las corbatas estaban gastadas, las mandaba llevar al sastre para que las diese la vuelta y asi durasen algunos años mas. Es autor de la célebre frase: “Ricos, lo que se dice ricos, somos muy pocos”. Otra de sus sentencias predilectas era: “Casi nadie gasta de acuerdo con lo que tiene. Unos viven por encima de sus posibilidades y otros por debajo”. La familia Botín ha estado siempre entre los segundos.
Se dice también que iba todos los domingos a la catedral santanderina a oir misa, donde siempre el mismo mendigo le suplicaba:
“Una limosna, don Emilio, por Dios”.
El banquero hacía caso omiso hasta que un domingo el mendigo le dio por reformar su súplica:
“Una limosna, don Emilio, por Dios y por la Virgen”.
“Ahora que tienes dos avalistas, toma”, le dijo, y le entrego unas monedas.
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